A veces, quién sabe porque, pasan cosas. Chocan dos estrellas, se cruzan las miradas de dos extraños, y en cualquiera de los casos, de cosas así suele nacer el caos, aunque en diferentes formas.

Ella, me hizo conocer el caos:
Desde que llegó fue anarquía;
que lentamente me apagaba,
a la vez que me encendía.

Y se convirtió en mi calma
y a la vez en mi agonía.
Y llegó a calarme el alma
y llegué a amar sus manías

Aunque, por momentos me dolía, –¡como dolía!– pero, entre el caos y las tardes tranquilas, como una montaña rusa, es un desastre que volvería repetir.